Desde su puesto a la entrada de hospitales y centros de salud los vigilantes de seguridad han visto el discurrir de la pandemia, sus momentos más críticos y dolorosos. Esos en los que en medio de la confusión y el miedo ellos han sido guías de pacientes y visitantes más vulnerables que nunca. Por ello, Policía Nacional les ha otorgado un galardón.
"Te veías en situaciones que nunca habías vivido, que nadie te había enseñado a manejarlas", comenta Marta, vigilante de seguridad en el Hospital Clínico de Valladolid.
Francisco y Miguel Ángel, también vigilantes en el Clínico, lo secundan: "Han sido momentos muy difíciles"; "Ha habido gente que se ha intentado escapar del hospital".
José María, por su parte, trabaja como vigilante en el Hospital Río Hortega de Valladolid, es incapaz de olvidar los recuentos de personas fallecidas desde que empezó la pandemia. "En la cuarentena pasamos de sacar unos pocos a sacar un montón”, afirma y dedica su reconocimiento a un compañero que se contagió de Covid y que estuvo varios meses hospitalizado.
La cercanía con los pacientes
El flanco de Flor es el Centro de Salud de Delicias, en Valladolid. Esta vigilante destaca el contacto estrecho que se mantiene con los pacientes en este tipo de edificios. "Hay mucha población mayor y necesitan ayuda porque no saben muy bien cuando se tienen que ir a vacunar”, concluye.
Estos trabajadores de seguridad privada seguirán al pie del cañón trabajando en equipo para que todo salga bien.