El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, escenificó hoy el regreso del ‘Códice Calixtino’ al archivo de la catedral de Santiago de Compostela en un acto simbólico que sirvió de homenaje a la labor realizada por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y de exaltación del patrimonio histórico gallego. Precisamente, el jefe del Ejecutivo central anunció la firma de un convenio entre el Gobierno, la Xunta y el Arzobispado para establecer medidas de seguridad que garanticen la preservación de los bienes culturales que custodia la Iglesia.
"De los acontecimientos se suele aprender, sobre todo de los que no son gratos", afirmó, en presencia del arzobispo de Santiago, Julián Barrio, el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y numerosas autoridades políticas y eclesiásticas, para incidir en que hace falta "un esfuerzo mayor" en la protección del patrimonio.
Rajoy, muy criticado por la oposición por acudir a Galicia a "ponerse la medalla que corresponde a los investigadores", fue abucheado por los peregrinos y transeúntes congregados en la praza do Obradoiro tanto a su llegada como a la salida del templo, con gritos de "fuera, fuera" o "ese coche vale muchos miles de euros", entre los que se intercalaron también algunos vítores y aplausos. Quizás motivado por el rechazo social, y sobre todo político, generado por su presencia, el presidente realizó un discurso breve, centrado en reivindicar "el trabajo, la dedicación, el esfuerzo y la competencia de unos servidores públicos que han estado, una vez más, a la altura de las circunstancias" al lograr recuperar el valioso libro del siglo XII que, recalcó, "tiene propietario, pero todos lo sentimos como nuestro".