Tres mineros han iniciado un encierro en la Catedral de León para exigir el pago de los salarios de agosto que los grupos Alonso y Viloria les adeudan, y con la promesa de no abandonar el templo hasta que tanto ellos como sus compañeros perciban las nóminas pendientes.
En esta cuarta y última jornada de huelga minera convocada por los sindicatos UGT y CC.OO., estos tres representantes del sector han determinado llevar a cabo esta protesta con la intención de presionar a los empresarios para que paguen, así como al Gobierno para que intervenga sus compañías si no lo hacen, ha explicado a los periodistas uno de los huelguistas, el secretario de Industria Extractiva de la Federación de Industria de CC.OO. de Castilla y León, Augusto Pires.
A este representante sindical le acompañan en la protesta un miembro de la Unión Sindical Obrera (USO), Juan Manuel Lindes y el responsable de FIA-UGT en León, José Manuel Álvarez Maestro. Se espera que esta tarde se les una un componente de la Asociación de Vigilantes de Minas de Carbón.
Con vestimenta de calle, los tres manifestantes han entrado en la Catedral poco antes de las cinco de la tarde y se han sentado durante unos segundos en un banco situado en las filas traseras, donde han permanecido unos minutos, a la espera de acordar con los responsables del templo las condiciones del encierro.
La terna de representantes de los mineros han agradecido las facilidades que les ha puesto el Obispado leonés y han expresado su intención de no molestar a los fieles y peregrinos que acudan al recinto.
Por su parte, los nueve mineros que permanecen encerrados en el Pozo Casares, en la localidad leonesa de Tremor de Arriba, han reiterado su intención de continuar su encierro, a pesar de que la empresa les ha dado esperanzas de que, tras la aprobación del Real Decreto de incentivo al carbón nacional, les va a pagar.
El presidente del Comité de Empresa de Alto Bierzo, Rubén Fernández, ha informado a Efe de que ayer uno de los hijos de Manuel Lamelas Viloria, dueño del Grupo Viloria, bajó a la mina y les prometió que con la aplicación de esta nueva norma intentarían pedir un crédito bancario para abonar el sueldo de agosto que les adeudan, con la garantía de que podrían vender el carbón que actualmente almacenan.
A pesar de esta promesa en primera persona y de los problemas de salud que sufren -llevan sin salir de la mina desde el día 6-, los trabajadores han optado por continuar su protesta hasta que los empresarios les ingresen la cantidad que les adeudan.
Los que sí han terminado con su ayuno tras diecisiete días han sido los cuatro mineros que se encontraban en huelga de hambre en Ponferrada (León) frente a las oficinas del grupo Alonso.
Uno de ellos, Miguel Menéndez, se ha confesado "feliz" por haber vuelto a casa, aunque ha hecho un llamamiento a que continúen las movilizaciones hasta que se alcance la plena estabilidad en el sector de la minería.
Este minero ha explicado que el médico les ha aconsejado seguir durante las próximas dos semanas un "estricto" régimen para recuperarse y evitar que una excesiva o mala alimentación les cause daños en el organismo.
Otros cuatro mineros trabajadores de las empresas de Victorino Alonso serán los que sustituyan a los cuatro huelguistas en el campamento instalado frente a la sede de este empresario en Ponferrada, aunque no realizarán ayuno.
Uno de ellos, Alberto Fernández, de 40 años y trabajador de Uminsa, ha expresado su satisfacción "moderada" por la aprobación del Real Decreto del carbón pues, a su juicio, no garantiza el futuro de las minas más allá de 2014.
Para este minero, que lleva dieciséis años empleado en el sector, sería positivo que se llevara a cabo una reindustrialización de las zonas mineras, pero siempre apostando al "cien por cien" por la continuidad de la actividad minera.