Ana María camina todavía con el recuerdo de los malos momentos a los que tuvo que enfrentarse. Lleva tres años cobrando esta prestación. A día de hoy trabaja como asistente personal gracias a un itinerario de formación que hizo en Predif.
Como Ana María, el 25 por ciento de los participantes en los itinerarios de inclusión sociolaboral consiguen empleo. Pero ser perceptor de la renta garantizada de ciudadania conlleva unas obligaciones, tienen que realizar cursos de formación. Es lo que también hizo Rodolfo, es venezolano.
A su llegada España no encontraba trabajo, así que como solicitante de asilo cobró la prestación durante seis meses hasta que consiguió empleo como reponedor. Después de un año se ha quedado en el paro, si no encuentra trabajo podría cobrar la renta porque recordemos que es un derecho. Por cierto, el caso de Rodolfo no es el de la mayoría de los perceptores. Desmontamos bulos con solo una cifra. El 11 por ciento de los beneficarios son extranjeros, el resto, casi un 90 por ciento ciudadanos españoles.