Junts pel Sí ha apurado hasta el último momento para hacer demostraciones de fuerza antes de la llamada a las urnas. Cerca de 50.000 personas han arropado en Barcelona a la candidatura independentista de Artur Mas en su cierre de campaña. El presidente de la Generalitat ha vuelto a apelar a la épica en la jornada electoral. "Las urnas volverán a estar. Son las urnas de la prosperidad económica, la justicia social, la solidaridad, la igualdad, las oportunidades, la dignidad y la libertad", ha proclamado ante una multitud de fieles armados con esteladas, la bandera independentista.
No muy lejos de allí, en el Palacio de Congresos de la Ciudad Condal, Mariano Rajoy y el expresidente francés Nicolás Sarkozy han pedido el voto para el popular Xavier García Albiol. El presidente del Gobierno ha asegurado que el Partido Popular es "la voz de la verdad en Cataluña" y ha añadido que "porque la ama no quiere verla amputada de España y de Europa"
Un mensaje similar se escuchaba en la sala Valkiria Hub. El secretario general del PSOE Pedro Sánchez ha pedido a los catalanes que voten este domingo por un "sí a la convivencia y no a la independencia". Lo ha hecho en un acto del PSC con un gran ambiente festivo, en el que se ha podido ver una vez más a su candidato Miquel Iceta bailando al ritmo de "Don't stop me now" de Queen.
Más sobriedad ha habido en el cierre de campaña de Ciudadanos. El presidente nacional del partido Albert Rivera ha respaldado a la candidata de Ciudadanos Inés Arrimadas. La formación naranja pide el respaldo de otros partidos para evitar otro Gobierno de Artur Mas.
Mientras, Pablo Iglesias pedía el voto para Cataluña Sí que Es Pot prometiendo más políticas sociales. Así terminaban quince días de campaña para una convocatoria electoral fruto de un desencuentro que comenzó hace tres años.
La negativa al pacto fiscal
El desafío soberanista tomó fuerza en 2012. El 11 de septiembre de ese año más de un millón de personas participa en la Diada más multitudinaria hasta la fecha. Ése es el respaldo en el que se escuda Artur Mas para exigir a Rajoy competencias fiscales para Cataluña unos días después en Moncloa, pero el presidente del Gobierno no acepta que traten de imponerle negociaciones bilaterales.
"Si la negativa a negociar el Pacto Fiscal es tan evidente como he constatado hoy pues habrá que tomar decisiones", afirmaba Mas al término de ese encuentro, y poco después cumplía sus amenazas en forma de órdagos.
El primero, un adelanto electoral para formar un parlamento catalán independentista, un intento que terminó con la pérdida de 12 escaños para Artur Mas y con CiU atado a Esquerra Republicana en el gobierno catalán. Con esos socios aprueba una declaración soberanista y convoca una consulta que se queda en sucedáneo ante la actuación del Tribunal Constitucional, pero no se da por vencido. Pacta con Esquerra Republicana y las asociaciones independentistas la convocatoria de unas elecciones que pretende que sean plebiscitarias.
Ruptura de CiU y la lista unitaria
Esta deriva provoca la ruptura de Convergencia i Unió después de más de tres décadas unidos. Sin Unió, Mas forma una convocatoria conjunta con Esquerra Republicana y los colectivos independentistas en la que va de número 4 a pesar de ser el candidato a la Generalitat. Desde entonces ha elevado el tono del desafío a pesar de todas las advertencias, tanto desde dentro como desde fuera de España.