Entramos en la mezquita de Valladolid y conversamos en la calle con algunos musulmanes. Sienten que les asocian con lo ocurrido en Cataluña y están preocupados e indignados. Defienden su religión que, dicen, no tiene nada que ver con los ataques terroristas ni con la violencia.
Más de 1.500 millones de personas en todo el mundo profesan esta religión basada, tal y como se recogen en una de las suras del Corán, en el respeto al prójimo y a sus creencias.