Castilla y León cuenta con 162 puestos de vigilancia diseminados por todo el territorio, pero no en todos los casos en las mejores condiciones. Los escuchas que los ocupan son los primeros en avistar los incendios, controlan nuestros bosques desde ellas y avisan por radio en cuanto algo de humo empaña nuestro paisaje.
Visitación Peral es la secretaria del Sector de Administración Autonómica de la FSP de UGT en Castilla y León. Recorre estas torres de vigilancia anualmente, lleva haciéndolo más de diez años. En Sanabria, encontramos este puesto cerca de Rosinos de la Requejada. El puesto de no es de las peores, pero no tiene ni luz ni agua corriente. Los escuchas no pueden ir al baño, lavarse las manos o cargar el teléfono móvil. Para sentarse cuentan con una silla, y la mesa que tienen la han traído ellos. Tampoco hay personal de limpieza, son ellos mismos los que se encargan de mantener en condiciones el puesto.
Hace poco instalaron paneles solares para al menos iluminar las escaleras por las que suben y bajan a diario, antes iban con linternas en la cabeza. Y el aislamiento empieza a hacer mella: óxido en las ventanas, con cristales rotos y un suelo de chapa, que enfría las noches en lo alto del monte. Los escuchas que trabajan aquí son fijos discontinuos. Con contratos de entre tres y cuatro meses, reciben un curso formativo de 8 horas. UGT sigue reclamando una ley del fuego, que permita formar y también dotar de material profesional
El próximo miércoles, coincidiendo con el pleno en las Cortes, preparan una movilización frente al parlamento regional.