La vida del vallisoletano Alejandro Bautista cambió de forma radical hace un año. Tras salir del confinamiento, volvió a entrenar con su equipo, el CD Victoria CF. Fue entonces cuando recibió la noticia que marcó un antes y un después. "Me noté unos bultos en la ingle. Me operaron, me sacaron los bultos y me dijeron que podía ser desde un tumor hasta un cáncer. Era un linfoma tipo T", rememora.

Durante su tratamiento, Bauty, como se le conoce en el mundo del fútbol, no estuvo solo. Sus compañeros, amigos y familiares se unieron para organizar una carrera benéfica con la que recaudar fondos y potenciar la investigación. En ese mismo campo en el que presentaron la iniciativa, y con su dorsal en la mano, vuelven los recuerdos. "Estar aquí hoy en día... Le doy gracias a la vida porque no todo el mundo sale de esto y al final estoy aquí, otra vez".

Porque no hubo ni un solo día en el que no pensara en volver. "Siempre que estaba en el hospital y había un partido me lo ponía en la tele. Lo pasaba muy mal al pensar que a lo mejor nunca volvía a jugar al fútbol y que se iba a acabar todo. Después de tanto tiempo en el hospital era lo único que quería hacer, jugar al fútbol", explica.

Así que, ahora, volver a ponerse las botas es la mayor victoria. "Sentí un alivio en mi cuerpo y al ver la cara de mis familiares que no me lo podía creer. Era el mayor partido ganado de mi vida".

Alejandro también tiene unas palabras para los que están jugando ese mismo partido. "Que no se rindan. Todo en la vida se pasa. Siempre con una sonrisa en la cara porque la vida sigue. Confío en ellos igual que mucha gente confió en mí".