Aunque usted no los vea, ellos están allí. Son pequeños organismo de un más de una décima de milímetro. Ese es el tamaño mínimo que es capaz de captar el ojo humano, y las dimensiones de decenas de animales y plantas que podemos ver gracias a la ciencia.
A partir del 31 de marzo, en la exposición "Microvida", en el CosmoCaixa de Madrid, recogen la obra del fotógrafo Rubén Duro, dedicado al arte de captar lo minúsculo.
La exposición explica cómo hemos podido llegar a ver cosas tan pequeñas: desde las lupas más rudimentarias a los potentes microscopios, hasta llegar a las técnicas electrónicas de hoy.
Muestran la belleza de la vida más diminuta, como larvas de mosquitos, piojos o pulgas de agua, o incluso de animales tan mínimos que sólo tienen una célula, como los protozoos.