El contrato relevo se firma con un trabajador que quiere acceder a una jubilación parcial. El empleado reduce su jornada y, en su lugar, entra otra persona como relevista. La reducción de jornada puede ser de entre un 25% y un 50%, aunque en algunos casos puede llegar hasta el 75%. Sindicatos y patronal lo ven como una gran solución para afrontar las jubilaciones de la generación baby boom.
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