Una densa niebla no deja ver ni las torres del Kremlin. La nube del humo de los centenares de incendios forestales se ha instalado en Moscú y comienza a hacerlo en los organismos de sus habitantes. Desde que la ciudad quedara sumergida en un gran túmulo de humo, la cifra de muertes en la capital rusa se ha duplicado. Fallecen 700 personas al día de las 350 de su mortalidad diaria habitual.

Humo hasta en casa

Los niveles de polución se han multiplicado por siete y la población comienza a acostumbrarse a las mascarillas en unos días que no están siendo nada fáciles, pues la nube ha invadido la visa de millones de rusos. "Es terrible, es muy difícil estar aquí", comenta la moscovita Yelena, hay demasiado humo, me duelen los ojos, pero no nos queda otra, hay que ir al trabajo”.

Recomiendan no salir de casa

El Gobierno recomienda a los habitantes de la capital que salgan de sus casas el mínimo necesario, que eviten el ejercicio físico y que no fumen ni beban alcohol entre otras cosas. “Aconsejan en la tele, y hemos llegado a la misma conclusión nosotros solos, que tenemos que humedecer las mascarillas y hacer lo mismo en casa, taponar las ventanas con telas mojadas”, cuenta Andrei, que vive en el centro de Moscú.

500 fuegos activos

Este martes Rusia podría tener cierto alivio ante la previsión de lluvias, algo por lo que sus residentes llevan rogando todo el verano en la peor sequía en décadas y que han avivado los incendios en el centro del país. Los fuegos comienzan a remitir, pero aún quedan más de 500 focos activos.