La migración ha sido la gota que ha colmado el vaso. Sobre la mesa del Comité Ejecutivo de Vox: decidir si rompe o no con los cinco gobiernos autonómicos en coalición con el PP. La respuesta, a partir de las 6 de tarde, a esa hora será cuando lo decidan.

Es el punto y final a una amenaza que empezó a finales de junio con la atención de la crisis migratoria de menores no acompañados en Canarias. Vox siempre ha rechazado el reparto propuesto por el Gobierno a las comunidades y a partir de ahí la relación PP y Vox comenzó a distanciarse.

Del órdago del comité nacional, luego fueron sus vicepresidentes en los territorios, como aquí con Juan García-Gallardo, dispuesto a abandonar el cargo anteponiendo sus principios. La amenaza no evitó que para el PP primara el principio de solidaridad y aceptara el reparto de menores, tal y como se había comprometido en años anteriores.

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