Antes de comenzar el partido Real Valladolid – Rayo Vallecano, Álvaro Rubio, jugador blanquivioleta durante 10 años y 311 partidos oficiales, recibió un cariñoso homenaje por parte de la afición del Pucela dentro de un acto sencillo que tuvo como colofón la imposición de la insignia de oro de la entidad por parte de su presidente, Carlos Suárez.
Acompañados de sus hijos, Hugo y Martina, Álvaro Rubio saltó al terreno de juego entre el pasillo formado por los jugadores de ambos equipos y recibido con una calurosa ovación que caldeó la fría tarde vallisoletana. En la banda, emocionada, observaba Mónica, su esposa.
Álvaro Rubio recogió primero, de su amigo y excompañero Alberto Marcos, el jugador que más veces ha vestido la blanquivioleta, un brazalete de honor como el gran capitán del Real Valladolid que ha sido. Por aquellas casualidades de la vida, en Zorrilla también estuvo hoy el futbolista del que Álvaro recibió el brazalete: Javier Baraja, segundo entrenador del Rayo Vallecano.