Asociamos el Párkinson a un temblor en las manos pero, aunque es un síntoma significativo, no es fundamental para diagnosticar esta enfermedad. Según el doctor Javier Marco Llorente, neurólogo en el Hospital Clínico de Valladolid, "entre un 10 o un 15% de las personas que padecen Párkinson nunca desarrollan temblor. Realmente el síntoma fundamental, los médicos lo llamamos bradicinesia, es una lentitud en el movimiento".
Suele afectar más a un lado del cuerpo que al otro y al final acaba extendiéndose al resto del cuerpo. Incapacidad para tragar, para caminar o incluso para hablar. A la voz es precisamente donde más le ha afectado el Párkinson a Eleuterio.
Un vallisoletano de 77 años al que hace siete diagnosticaron la enfermedad. Ya jubilado, Eleuterio se mantiene activo, primero gracias a su mujer Mercedes que está constantemente detrás de él para que no se vuelva un paciente sedentario, y segundo gracias a sus aficiones. Los familiares son una pieza clave para que estos enfermos mantengan una buena calidad de vida. También las asociaciones de enfermos.
El Párkinson afecta a alrededor de 10.000 personas en Castilla y León. Sólo el año pasado propició algo más de 3.100 ingresos en los hospitales de la región. De momento no existe ni un tratamiento preventivo ni uno curativo, pero sí uno farmacológico que ayuda a mejorar los síntomas de la enfermedad, a parte de la fisioterapia o la logopedia.
Según el doctor Marco Llorente, y aunque la media de edad en la que aparece son los 50-60 años, "no es infrecuente ver personas con menos de 40 años que ya tienen la enfermedad".