NEUROMARKETING

Un vallisoletano inventa la 'neurocata', un sistema para medir las emociones tras probar una comida o bebida

  • Tras realizar varias catas sabremos si el consumidor repetirá o no.
  • Es un proyecto pionero que aplica el neuromárketing a la gastronomía.

Para realizar esta cata especial necesitamos un vino y un pincho, un ordenador y un neurocasco. Es una neurocata, un método para medir las características físicas gastronómicas, es decir las emociones que transmiten comidas y bebidas.

Lo ha ideado el vallisoletano Enrique Villacé, presidente de la Asociación Española de Inventores, quien explica que "a través del pensamiento racional podemos decir si nos ha gustado, si tenia una textura x, pero sin embargo lo que es el emocional, lo que es luego el impulsivo... ese es el que vamos a sacar en la neurocata".

El sistema, según señaló su diseñador, “amplía el espectro del mundo de la gastronomía y permite dar un salto cualitativo en los productos una vez comprobado cuáles pueden impactar más al consumidor”. Añade que las emociones dan una información vital sobre todo en la vida, pero también sobre la comida y la bebida: “El primer consumo de dirá si le ha gustado inicialmente y si repetirá o no repetirá”.

Eso es lo que necesitan saber los restaurantes o las bodegas cuando crean un producto, Y para ellos va destinado este proyecto. Se va a valorar la escala emocional de 30 personas y con las neurocatas y unos test previos se obtendrán los resultados. Los clientes seleccionados para ser sometidos a la medición se dividirán en cuatro grupos compuestos por ocho personas -cuatro varones y cuatro mujeres- cuyas edades van de 18 a 25 años, de 25 a 40, de 40 a 45 y de 55 años en adelante.

Antes de colocarse los denominados 'neurocascos' -con 18 sensores de diseño americano y 'software' avalado por científicos para medir la región cerebral- los participantes se someterán a un test sobre sus gustos y hábitos alimenticios y a otras pruebas evaluativas posteriores

De momento nadie no existen proyectos que apliquen el neuromarketing a la gastronomía de una manera tan completa. Que haya surgido en Valladoild, no es casualidad. Aquí hay muchos posibles compradores de este proyecto, como restaurantes, bodegas o empresas agroalimentarias.