I+D+I

Tres letras y una única fórmula, pero muchos resultados. Hablar de I+D+I es hablar de crecimiento económico, pero sobre todo, de futuro.

Investigación e innovación al servicio de la economía, del medio ambiente, y también de la salud. Proyectos de desarrollo donde la Universidad es una pieza clave.

Los centros universitarios de Castilla y León llevan a cabo actualmente un gran número de proyectos de I+D+I. El Instituto de Biología y Genética Molecular de Valladolid; el dedicado al Medio Ambiente, los Recursos Naturales y la Biodiversidad de León; o la Facultad de Ciencias vallisoletana son un buen ejemplo de ello.

Un campo duro, la investigación, que exige una dedicación casi absoluta acompañada, casi siempre, de resultados a largo plazo. Un trabajo duro, no siempre reconocido, pero apasionante para todos aquellos que se han decidido por él.

Proyectos de futuro unidos a un espíritu, el de profundizar desde la Universidad en la transmisión del conocimiento a la sociedad. Es la conocida como tercera misión de la institución académica, estrechamente ligada al desarrollo económico de su entorno. Trabajos muy cercanos en muchos casos al mundo empresarial.

Pero a pesar de su relevancia, la I+D+I no siempre ha recibido el apoyo necesario en nuestro país. En el caso de Castilla y León, la Estrategia Regional de Investigación creada en 2007 intenta paliar el déficit de tiempos pasados.

Su horizonte se sitúa en 2013 y actualmente destina a la innovación el 3% del gasto público de la Comunidad. Desde la Universidad se ve con buenos ojos este apoyo aunque de cara al futuro surgen algunas dudas.

El tiempo será quién decida. De momento, hay algo claro: un país que quiera seguir avanzando no puede dar la espalda a la investigación y la innovación. Apostar por ello es apostar por su crecimiento económico, pero también, por su desarrollo social. Una carrera de largo recorrido, con la universidad como una de sus piedras angulares.