El incendio que se inició el pasado 17 de agosto en San Felices de los Gallegos, en Salamanca, se sigue investigando. La Guardia Civil sospecha que fue intencionado, pero las labores para encontrar las pruebas son complejas: la principal hipótesis es que se generó con un mechero. Hemos acompañado al SEPRONA en una de sus inspecciones oculares sobre el terreno.

El equipo de investigación de la Guardia Civil que nos atiende lleva semanas investigando. Cuentan que los primeros momentos del incendio son cruciales: "Es importante llegar lo antes posible para ver la situación del incendio, las zonas y la evolución". Los agentes analizan cada detalle para dar con el origen del fuego y utilizan un sistema de banderas para delimitar los posibles focos y marcar hacia qué dirección se propagaba incendio. En este caso, las llamas han arrasado casi 2000 hectáreas de monte y, por el momento, no han encontrado ningún artefacto que haya podido provocar la catástrofe.

Durante la investigación no solo cuenta el trabajo de campo, hay otros factores esenciales para esclarecer los hechos. "La colaboración ciudadana es importante, aquí por ejemplo es una carretera, seguro que alguien ha visto algo", comentan.

Hasta cinco años de prisión

Además, recuerdan que incendiar un terreno puede conllevar una pena de prisión. Si se trata de un entorno protegido, la pena aumenta hasta llegar a cinco años de cárcel. "En este casi estamos en el Parque Natural de los Arribes y eso agrava la situación", sentencian.

Este equipo del SEPRONA seguirá investigando hasta averiguar qué causó los daños que han calcinado esta zona de Salamanca.