30 años no han bastado para clarificar muchos puntos aún sombríos del golpe de estado del 23 F. En estas tres décadas muchos protagonistas de aquella etapa han fallecido, y con ellos ha desaparecido también la posibilidad de saber que es lo que ocurrió verdaderamente aquel dia.

En Valladolid el teniente general Campano guardó silencio en la capitanía de la sexta región militar. El ejército estaba dividido entre quienes mostraron su lealtad al orden constitucional y los que, como Jaime Milans del Bosh, decidieron pasar a la acción.

El silencio de Valladolid contrasba con la rapidez con la que la capitanía de Burgos se puso a ordenes de don Juan Carlos. Luis Polanco Mejorada decidió no apoyar el golpe pese a que meses antes firmó un escrito junto a Campano y otros generales proponiendo una solución militar a los problemas que vive el país.

De los 33 procesados, solo 22 fueron condenados. Todos mandos militares y un civil. 30 años después el ejercito ha cambiado, ya nadie pone en duda su compromiso con la democracia. Nuestra tropa se ha ganado el respeto y el reconocimiento de la sociedad.