Se le veía tranquilo. Como un candidato al que le salían las cuentas. Era el encargado de abrir esta sesión de investidura. Y lo ha hecho con un discurso de casi dos horas con el objetivo de que "el gobierno que alumbre la cámara se ponga en marcha cuanto antes".
Por eso ha destacado los logros de los últimos cinco años y ha propuesto nuevas ayudas sociales (como aumentar el parque de vivienda pública, subida del Salario Mínimo Interprofesional o un nuevo Estatuto de los Trabajadores). Y otras que se amplían como el bono cultural, el bono alquiler joven, el abono transporte gratuito o la reducción del IVA de los alimentos hasta junio 2024. "Queda muchísimo por hacer", ha asegurado.
También se ha presentado como el "muro eficaz" para frenar a la extrema derecha a la que el PP, dice, "ha bendecido" para formar gobiernos en comunidades autónomas y ayuntamientos. Y a los que ha señalado de adoptar la agenda de Vox. "Las ideas reaccionarias terminan parasitando la derecha tradicional", ha añadido.
Y el momento más esperado: la amnistía. La ha llegado a mencionar hasta 11 veces en su discurso. Ha sido la vez que más la ha defendido desde que empezaron las negociaciones. "La amnistía que proponemos es legal y acorde con la constitución", ha comentado. También ha descartado que sea un ataque a la Carta Magna. "Todo lo contrario, será una muestra de fortaleza". Y les ha recriminado al Partido Popular y a Vox que el problema "no es la amnistía, sino que no aceptan el resultado electoral".
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