El Congreso de los Diputados aprobó este martes una proposición no de ley del Grupo Socialista en la que se insta al Gobierno a llevar a término "todas las acciones contundentes a hacer efectivo el acuerdo del Consejo de Ministros relativo al cierre de la central de Garoña cumplido su ciclo de vida útil, en consonancia con las exigencias y garantías que se deduzcan del estudio" que deberá realizar, antes del 31 de diciembre, el Consejo de Seguridad Nuclear, para asegurar la resistencia de todas las plantas españolas ante situaciones adversas.
El pleno de la cámara baja dio luz verde finalmente a un texto transaccionado que permitió que la proposición no de ley saliera adelante con la abstención del PP y de CiU, partidos que rechazaban el quinto punto de la iniciativa registrada por el PSOE, que instaba al Gobierno a hacer efectivo el cierre de la central nuclear de Garoña (Burgos) una vez cumplida su ciclo de vida útil, en el año 2013, sin que se hiciera ninguna referencia a las recomendaciones del CSN.
El diputado por Asturias Alfonso Morán fue el encargado de defender la propuesta del PSOE, en la que se pide que antes del 31 de diciembre el CSN realice los estudios necesarios para garantizar que las centrales "pueden funcionar durante su período de vida útil sin suponer un riesgo para la población o para el medio ambiente en todas las posibles situaciones consideradas como excepcionales".
Entre ellas se incluye un amplio catálogo además de terremotos, inundaciones, accidentes o actos terroristas, como ciberataques, corrosión o envejecimiento, como demandaba la organización ecologista Greenpeace. Unos test de estrés que, a juicio del parlamentario, "deberán tener en cuenta la experiencia de los sucesos acaecidos en Japón" y hacerse públicos. De hecho, la PNL insta al Gobierno a presentar en el Congreso un informe detallado con los resultados de los nuevos análisis de resistencia.
El parlamentario señaló en su primera intervención que estos análisis no tendrían que afectar a la central burgalesa, ya que existe un acuerdo del Consejo de Ministros relativo a esta planta, que "ya ha alcanzado su vida útil de cuarenta años y que por tanto requiere un tratamiento específico". Así, el quinto y último punto de la proposición no de ley instaba al Gobierno a clausurar la central en 2013 tras dos años de prórroga, pero finalmente se añadió que la decisión se debe tomar en consonancia con los resultados de este nuevo test.
Apuesta por mejorar la seguridad
El PP apoyó los cuatro primeros puntos de la proposición, todos ellos relativos a mejorar la seguridad de las centrales y la transparencia de los resultados, pero no el relativo al cierre de la planta burgalesa. El diputado Álvaro Nadal señaló que su partido "siempre ha atendido a los informes de los técnicos del CSN". "Si son fiables, tendremos que hacerles caso, tanto si es para cerrar como para continuar", apuntó el parlamentario, para quien la decisión de clausurar Garoña resulta "arbitraria, caprichosa y demagógica". El PP presentó una enmienda de modificación del último punto en el que, al igual que la aprobada en la Ley de Economía Sostenible, no se limita temporalmente la vida útil de las centrales sino que se deja en manos de la decisión del CSN. Finalmente, la formación optó por abstenerse.
CiU también opinó que la decisión de cerrar Garoña "fue política y no técnica", tomada a pesar de las recomendaciones del CSN, que apuntaban hasta el año 2019 si se tomaban una serie de medidas. En opinión del diputado Jordi Jané, "este martes no toca" votar el cierre o el mantenimiento de la planta burgalesa. "Quien cumpla no debe estar sometido a una fecha", añadió el parlamentario de CiU, formación que también decidió abstenerse.
El PNV votó a favor de la propuesta a pesar de considerarla "electoralista" pero pidió al Gobierno que impulse el almacén temporal de residuos y manifestó la voluntad de que Garoña se cierre cuando cumpla su ciclo de vida útil, como apoyó la mayoría del Parlamento vasco.
Para la diputada Nuria Buenaventura, de Ezquerra Republicana, la proposición no de ley del PSOE resulta "insuficiente". Señaló que el reactor de Garoña es "idéntico" al reactor uno de Fukushima, por lo que el Gobierno "debería cerrar la central inmediatamente por su grave incapacidad de refrigeración del combustible en situación de emergencia". A su juicio, el fin de la era nuclear "ha llegado".