El aviso lo enviaba este martes el Ministro de Fomento. En un curso de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, José Blanco, se preguntaba si un país como España podía permitirse líneas de tren como la Burgos - Madrid con apenas cuatro pasajeros diarios.
Mensaje en forma de amenaza de cierre para una de las muchas líneas deficitarias de RENFE en nuestro país, algunas de ellas en Castilla y León. Precisamente la unión por tren entre las capitales burgalesa y madrileña, a diferencia de otras conexiones, no cuenta actualmente con subvención por parte de la Junta.
Diferente es el caso de otras líneas con números rojos de la Comunidad, como la Soria - Madrid, la que une Valladolid y Puebla de Sanabria a través de Medina del Campo, y la Ávila - Valladolid. Estas tres cuentan con ayudas del gobierno regional que garantizan su supervivencia a pesar de que alguna de ellas, como la que une las ciudades abulense y vallisoletana, apenas cuenta con una ocupación diaria del 18% .
La rentabilidad no está de su lado y de nuevo se reabre el debate en torno a si son servicio público o comercial. Entre los viajeros, la opinión mayoritaria es muy parecida. Pocos entienden que se puedan cerrar más líneas en la comunidad, especialmente en zonas como Soria o Ávila donde el número actual ya es escaso.
A día de hoy no hay nada cerrado. El listado exacto de líneas de tren deficitarias aún se está estudiando por parte de Fomento. Sólo las consideradas de servicio público podrían ser subvencionadas por las comunidades autónomas. De otra forma, su cierre parece cercano.
De momento, en Castilla y León, el gobierno regional ha destinado en los últimos 15 años cerca de 47 millones de euros a mantener servicios ferroviarios no rentables. Una cifra no sólo destinada a líneas de RENFE sino también a dos más de FEVE, las que unen León con Guardo y Bilbao.