A Roberto le robaron las joyas que había en esta caja. Cuando entraron la segunda vez, se temía lo peor. Ahora tiene una nueva rutina antes de salir de casa. Cada día la sigue a rajatabla.
El miedo vende y las empresas grandes de seguridad han hecho más instalaciones. También las pequeñas y esa demanda ha hecho evolucionar los métodos anti ocupación. Desde la clásica alarma hasta mecanismos con humo para cegar al intruso.
Sólo en los meses de julio y agosto las solicitudes de presupuesto de esta empresa han aumentado un sesenta por ciento más que en 2019.