Saif al Islam Gadafi, hijo del mandatario libio Muamar Gadafi, ha adelantado que el Congreso General del Pueblo, institución equivalente al Parlamento, se reunirá este lunes para discutir una "clara agenda de reformas", tras cuatro días de disturbios en las principales ciudades del país. Así lo ha manifestado en un discurso transmitido por la televisión estatal y recogido por la cadena Al Yazira.
"Tenemos dos opciones: o actuamos todos unidos para aprovechar esta oportunidad e introducir reformas o nos hundimos en el caos", ha dicho Saif al Islam, al tiempo que ha advertido de la existencia de un "complot internacional" para derrocar a su padre, que gobierna el país desde hace 42 años.
En este sentido, ha afirmado que las revueltas antigubernamentales están orquestadas por organizaciones islámicas cuyo objetivo es dividir el país en un grupo de pequeños estados regidos por la 'sharia', así como por diversos grupos económicos y por los líderes tribales del este. "Libia corre el riego de entrar en una guerra civil", ha agregado.
No obstante, el hijo del dirigente ha advertido de que su padre "no es (Hosni) Mubarak ni (Zine al Abidine) Ben Alí", en referencia a los ex presidentes de Egipto y Túnez, respectivamente, que fueron derrocados por las revueltas populares. Así, ha desmentido que su padre haya abandonado el país, como apuntaban algunas informaciones. "Muamar Gadafi está en Trípoli y dirige la batalla".
En este contexto, el joven ha señalado que las fuerzas de seguridad seguirán desempeñando su papel, especialmente el Ejército, al que se ha referido como una de las instituciones más fieles al régimen. Así, ha asegurado que respaldará a su padre como "el líder de la batalla de Trípoli" y luchará para garantizar el orden y la seguridad "hasta que el último hombre se mantenga en pie".
Sin embargo, el hijo del mandatario ha reconocido la existencia de "errores" por parte de militares y policías en la represión de las revueltas, aunque los ha achacado al tipo de entrenamiento que han recibido estos efectivos, al tiempo que ha informado de las pérdidas de material que han sufrido ambos cuerpos durante los enfrentamientos de estos días.
Si bien, ha rechazado las cifras de víctimas ofrecidas por las organizaciones humanitarias, que documentan más de 200 fallecidos. En su opinión es una "exageración" hablar de "cientos" de muertos o heridos y, en cualquier caso, ha atribuido la violencia a extranjeros procedentes de otros países árabes y africanos.