La respuesta estaba en el aire, el sí de las Cajas de Burgos, Ávila y Segovia a la integración en Banca Cívica, pero los tres consejos de administración lo confirmaron hoy al tiempo que sus homólogos de Navarra y Canarias aprobaban las negociaciones con Ávila y Segovia. Un primer paso histórico y bueno para la Comunidad.

No es la fusión de las seis cajas que planteó la alianza de fuerzas políticas, sindicales y económicas, pero tampoco la estampida de las cajas de la comunidad que amenazaba con producir el empeño de los dirigentes del sistema financiero en aventuras suicidas. El camino por recorrer aún es largo y ya veremos si tan penoso y lleno de caprichos, megalomanías y engaños como el de los últimos 18 meses. La degradación de las cuentas de todas las entidades, por la que ningún dirigente ha pedido disculpas, ayudará también a comprender a todos que sólo hay dos caminos, el menos malo de la integración y el de la intervención. Castilla y León gana. Los personalismos pierden.