A lo largo de la vida de una empresa los conflictos son inevitables: con socios, proveedores, clientes, administraciones públicas, otras empresas... lo importante es saber cómo gestionarlos y aquí la mediación se convierte en una vía para poder solucionarlos. Pero se oye hablar de diálogo, del acuerdo, pero no hay cosa más difícil de lograr que hablar cuando estamos en conflicto y eso es lo que hace un mediador.

El mediador es quien trata de poner orden en la conversación y generar confianza entre las partes. Algo así como una terapia de pareja. "Que saquen a la conversación sus verdaderas preocupaciones y lo que de verdad quisieran atender", asegura Patricia Guilarte, responsable del Área de Mediación de la Cámara de Comercio de Valladolid. Debe ser alguien ajeno al conflicto, una figura que crea un espacio seguro y confidencial en el que personas que están enfrentadas pasen a colaborar.

Y trabajan de manera individual y conjunta, teniendo en cuenta cómo vive el problema cada parte y siempre de manera confidencial. Ellos diseñan un programa en función de las dimensiones del conflicto, la carga emocional, el número de implicados... "Debe ser una conversación desde la que encontrar una salida para que no sea que "yo gane y tu pierdas", sino una salida equilibrada y justa. Consensuada", afirma.

El fin de esta mediación es evitar que la disputa llegue a los tribunales, porque es una relación empresarial que podría ponerse en riesgo si eso ocurriera.

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