Es una apuesta por vender fuera productos a simple vista tan autóctonos como los churros, o más concretamente, máquinas de hacer churros. Ese es uno de los productos de maquinaria industrial para hostelería que desde hace años y con mucho éxito exporta una empresa familiar de Castilla y León.
No hay mejor solución a los problemas que anticiparse a ellos. Es la filosofía puesta en marcha en esta empresa vallisoletana. Fundada en 1958 y de origen familiar, en sus instalaciones desarrollan maquinaria industrial de hostelería.
Un campo de negocio muy específico que no ha escapado de las consecuencias de la crisis. ¿La solución? Agudizar el ingenio.
Las exportaciones también están ayudando, especialmente en Europa. Pese a la crisis, en los dos últimos años han duplicado las cifras de negocio. Donde sí han notado el bajón es en Sudamérica.
Hace años la empresa decidió salir al exterior en busca de nuevos clientes. No llegaron rápidamente pero ahora recogen lo sembrado entonces. Un espíritu emprendedor que no siempre casa con el empresario castellano y leonés.