Las marcas blancas siguen ganando posiciones en las estanterías de todos los supermercados y ya copan el 50% de la cuota de mercado. Frente a ellas, las firmas tradicionales, que suelen ser algo menos económicas. Ya no solo es que el consumidor opte por los productos más baratos, es que son las propias tiendas las que apuestan por las marcas blancas para ofrecer al cliente algo que no puede encontrar en la competencia.

Los momentos de crisis económica aceleran el crecimiento de estas marcas, pero su incremento también responde a una mayor inversión de las cadenas en mejorar su producto.

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