Marcilla de Campos, en Palencia, se ha propuesto conservar, tal y como estaba hace casi un siglo, la caseta de la era que tenían a las afueras del pueblo. Es una de esas construcciones que no faltaban nunca en un municipio agrícola de Castilla y León. Fueron muchas las familias que vivieron bajo estas paredes largas jornadas de verano y ahora Fernando, uno de los vecinos, abre sus puertas a quien quiera descubrirla.