Los israelíes no salieron de su territorio cuando trataron de remover el árbol de la discordia junto a la frontera libanesa. Así lo afirma la ONU un día después del enfrentamiento entre soldados de los dos países que se saldó con la muerte de cuatro militares y un periodista.

Tras el tiroteo, Tel Aviv ha reforzado sus posiciones militares cerca del pueblo de Adaiseh y sus efectivos se han puesto a remover y talar árboles en la frontera.

"Cortaremos las manos israelíes"

Al otro lado de la línea de separación, los más radicales se muestran dispuestos a todo. Las milicias de Hezzbollah han puesto sus armas al servicio del gobierno libanés en caso de una nueva agresión israelí. Hassan Nasrallah, el líder de los islamistas, ha encendido los ánimos de miles de libaneses que han seguido su discurso a través de pantallas gigantes en Beirut.

"Si en cualquier lugar el ejército del Líbano es atacado y hay una presencia de la resitencia, y ésta está equipada, la resistencia no permanecerá en silencio, quieta o de brazos cruzados", ha advertido Nasrallah. "Cortaremos las manos israelíes que apunten contra los libaneses".

Se duplica la vigilancia

24 horas después del incidente, la zona fronteriza en la parte del País de los Cedros se encuentra plagada de soldados de Naciones Unidas. Los cascos azules de la FINUL han doblado la vigilancia en toda la Línea Azul para tratar de calmar unas aguas demasiado revueltas.