Al menos 39 personas han fallecido esta madrugada y un centenar han resultado heridas al descarrilar doce vagones del expreso Nevski, que une Moscú con San Petesburgo.
En un principio las autoridades rusas han barajado la hipótesis de que se tratara de un accidente. Posteriormente, el Kremlin ha confirmado que ha sido un atentado tras el hallazgo de un boquete de un metro de diámetro cerca de las vías y restos de trilita. Se cree que el artefacto colocado contenía unos siete kilogramos de este material.
El estallido de la bomba ha desestabilizado el tren a unos 380 kilómetros de Moscú, en plena estepa en la región de Novgorod. Las 682 personas a bordo del ferrocarril han vivido un auténtico infierno.
Inmediatamente después de la explosión uno de los maquinistas ha llamado angustiado a los servicios de emergencia. "Algo ha explotado cerca del tren. Cómo nos hemos salido, no lo sé", ha afirmado, "hemos descarrilado la locomotora y los vagones. No sé que es lo que está pasando detrás. Todo esta lleno de humo, la locomotora está seriamente dañada, la cabina está ardiendo".
Los pasajeros han salido de los vagones por sus propios medios, muchos de ellos heridos de gravedad. La tardanza de los equipos de rescate, dada poca accesibilidad del lugar del siniestro y la lejanía con núcleos de población, ha resultado fatal para algunos de los ocupantes del tren.
"Han sacado a 20 personas por aquí con heridas graves", ha revelado un superviviente a la agencia Reuters, "se los han llevado a hombros y en camillas. Otros diez con heridas en la cabeza han salido solos. Tres mujeres que yacían fuera han muerto. Estaban tumbadas cerca del vagón. Estaban vivas pero no pudimos llevárnoslas así que han muerto".
Durante más de 12 horas los equipos de rescate se han afanado en buscar supervivientes entre los amasijos de metal de los vagones, aunque desgraciadamente las vías se han convertido en un desfile de cadáveres en bolsas de plástico.
Segunda bomba
Alrededor de las doce del mediodía un segundo artefacto ha estallado a escasos metros del primero sin causar daños personales. A partir de ese momento, el operativo ruso se ha centrado en la hipótesis de un atentado.
Dimitri Medvedev ha convocado un gabinete de crisis con carácter urgente. El presidente ruso ha ordenado a los altos mandos federales que le informen personal e inmediatamente de cada avance de la investigación.
Chechenia, otra vez en el punto de mira
Todas las sospechas del Kremlin apuntan hacia el Cáucaso. Se cree que algún grupo armado islamista/separatista checheno puede estar detrás de los atentados. De hecho, ya atacaron al expreso Nevski en 2007, hiriendo a 60 de sus pasajeros.