La pandemia ha motivado un cambio en la organización de servicios asistenciales como el de rehabilitación. El Hospital Río Hortega de Valladolid cuenta con un equipo de cuatro fisioterapeutas que se desplazan hasta los domicilios de los pacientes para evitar riesgos y favorecer su recuperación.
"La principal ventaja es que al final el paciente no se tiene que desplazar al centro de tratamiento, se queda en su domicilio", asegura Raquel Rebollo, fisioterapeuta del Hospital Río Hortega.
En el caso de Javier, el simple hecho de esperar en un centro de salud, ya supone un peligro. Después de un trasplante de corazón su sistema inmunitario está debilitado, "me evita tener que ir al centro de tratamiento donde puede haber otros pacientes y donde el contagio puede ser más sencillo".
Lorena Sánchez destaca el ahorro de tiempo y la oportunidad de evitar riesgos: "que no vaya una ambulancia con más gente, que no espere grandes cantidades de tiempo en un hospital hasta que la ambulancia le traiga a casa".
Este servicio está pensado para ayudar a pacientes con diferentes patologías. Desde fracturas de cadera o rodilla hasta ictus. Marcan una rutina para los pacientes y también para los familiares. Francisco Javier asegura que "estos servicios sirven para arroparlos. Para aconsejarlos, para saber qué camino tienen que seguir, para que regresemos a la nueva normalidad lo más rápido posible".
Más de 140 personas se han beneficiado de estos tratamientos domiciliarios desde que comenzó el servicio hace dos años.
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