La campaña contra el fuego de este verano en Castilla y León ha sido de las más favorables de los últimos diez años. Los datos que hay hasta el momento muestran que han sido 906 los incendios declarados con una superficie dañada de 3.300 hectáreas. De ellas, 755 arboladas. La media de la última década es de 1.300 fuegos con 6.600 hectáreas calcinadas.

Unas cifras, que sin ser buenas, son para el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, "más favorables" que las de años anteriores. La climatología ha contribuido a esa reducción, especialmente las lluvias que cayeron en los meses de junio y septiembre, y que dotaron a la vegetación de humedad.

También ha mejorado el índice de conatos, es decir, el número de incendios que son sofocados antes de que lleguen a una hectárea, que se acerca al 85%. A eso le sumamos que la campaña de riesgo alto se ha mantenido durante cuatro meses y no tres, como ocurría antes. El consejero ha recordado que forma parte de las reformas en el marco del Diálogo Social con mejoras en infraestructura, normativa y personal. Juan Carlos Suárez-Quiñones también ha confirmado que se adelanta al martes, 17 de octubre, la declaración de peligro bajo debido a una climatología favorable y que solicitará su comparecencia en las Cortes de Castilla y León para informar del resultado de esta campaña.  

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