El ministro de la presidencia, Ramón Jáuregui, ha querido dejar claro este miércoles que el Gobierno no tenía ninguna información previa por parte de Marruecos del asalto policial al campo de protesta saharaui próximo a El Aaiún.
Además ha defendido la entrada de la prensa en la zona como garantía de transparencia y ha anunciado que Rabat se ha comprometido a abrir una investigación sobre los sucesos.
Jáuregui, cubriendo la ausencia en el Congreso de la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, de viaje oficial por Iberoamérica, ha respondido así a la pregunta formulada en la sesión de control por el portavoz adjunto del PNV, Aitor Esteban, quien pidió saber si es cierta la información publicada acerca de que el Ejecutivo había sido informado previamente del asalto.
"Esa noticia es falsa --ha contestado tajante el ministro--. El gobierno nunca tuvo ninguna información al respecto y doy por zanjada la cuestión".
Profunda preocupación del Gobierno
Según ha explicado, el Gobierno sigue la situación con "profunda preocupación" y "ha conseguido de Marruecos que estos hechos sean debidamente investigados". "Hemos recibido la información del Ministerio de Gobernación de que la Fiscalía ha sido encargada de una investigación que esperemos se desarrolle con eficacia y garantías", ha revelado.
Además, ha anunciado gestiones consulares "de manera intensa" para favorecer la vuelta de la prensa a El Aaiún y que se permita el paso a los periodistas españoles, ya que, frente a "confusión" aún reinante sobre este episodio, "la transparencia es garantía de la verdad".
La economía está en el origen del conflicto
Igualmente, ha defendido el diálogo entre Marruecos y el Polisario como "verdadero punto crucial" por encima de los incidentes y ha reafirmado el compromiso del Gobierno para intensificar el esfuerzo de cooperación con el pueblo saharaui para mejorar sus condiciones socioeconómicas, que en su opinión son "origen en parte de este conflicto".
Aitor Esteban cree que el Gobierno podría ir más allá de la solidaridad y la preocupación y que tendría que empezar por condenar la actuación de Marruecos porque, si el país magrebí es un aliado, "debe responder a unos mínimos parámetros democráticos y no comportarse como esos Estados que cierran ante toda crítica a sus asuntos internos".