En Castilla y León hay más de 5.400 instalaciones fotovoltaicas. Entre los años 2016 y 2017 se registraron 33 nuevas instalaciones. Y podría haber muchas más porque, aunque una sentencia sí que obliga a su registro, aún no está contemplado en la ley que así sea.
"En esos años se ha instalado un megavatio de fotovoltaica. Lo que ha habido es un aumento del autoconsumo. A nivel de Castilla y León el desarrollo más importante lo tienen en los sectores agroalimentario, agrícola, ganadero y vitivinícola". Quien lo dice es María Teresa Marqués, delegada de UNEF (Unión Española de Fotovoltaica) en Castilla y León, que además es Técnico Comercial de BRAUX, una empresa ubicada en Valladolid pero con presencia en 16 países.
En BRAUX, donde diseñan y frabrican estructuras fotovoltaicas, han notado este crecimiento del sector. En todo tipo de instalaciones, grandes y pequeñas. Su coste ya no es tan grande como hace años. La materia prima ha disminuido su precio y la amortización también.
"Si vas a hacer una instalación de riego y tienes instalado un grupo electrógeno, entre cuatro y seis años tú podrías tener esa instalación amortizada. Su vida útil son 25 años, puede ser mayor. Por lo que, durante 20 años, por ejemplo en el caso del riego, vas a estar regando de forma gratuita" explica la delegada de UNEF.
Marqués añade que además tienen constancia de que una parte de los tres gigas subastados el pasado mes de julio a nivel nacional van a ser instalados en Castilla y León. Sin embargo, a día de hoy, los adjudicatarios todavía están haciendo la ingeniería de desarrollo.
Pese a estas buenas noticias España continúa estando a años luz de países como Alemania. En gran parte por culpa de la legislación y las trabas administrativas.