Su oído es como la nariz de un enólogo. Pero él cata los matices de las notas musicales de todos los pianos de la orquesta sinfónica de Castilla y León y del conservatorio de Valladolid. En total 126. Nada comparado con los miles de pianos que han pasado por sus manos a lo largo de 41 años.
Aprendió a tocar el piano escuchando la radio. Estudiar partituras le aburría así que con 20 años, se fue a Japón para aprender a afinarlos.
Lleva 41 años de oficio. Podría estar jubilado pero sigue recorriendo los pasillos del auditorio y del conservatorio agarrado a su maletín.