Las Fuerzas Armadas necesitan un refuerzo y actualización de su material: "No solamente tenemos un problema de obsolescencia del material, sino de déficit de material, pero generalizado", sentencia Daniel Terón, director de la Cátedra Almirante Martín Granizo de la Universidad de Salamanca. Un ejemplo es el carro de combate Leopardo, de fabricación española a partir de una patente alemana: "No es tanto un problema del modelo, sino de actualizar ese modelo con programas como tiene Estados Unidos con su carro de combate Abrams", explica. Además, anota que "España tiene la capacidad, tiene la tecnología, tiene la industria, lo podría hacer".
No la tiene, al menos por sí sola, para solventar una carencia aérea. Busca cómo sustituir a los aviones Harrier de despegue vertical de la Armada, con el F35 estadounidense como única alternativa. También ha de pensar en la renovación de los F18 y añadir capacidades a los Eurofighter. Haría falta un consorcio internacional para desarrollar un nuevo avión: "Ya se habla de aviones de sexta generación y nosotros estamos con aviones de segunda, tercera y cuarta generación, parece que ya estamos un poco por detrás", afirma Terrón.
España sí que tiene capacidad para el desarrollo de tecnologías, fabricación de drones o armamento como misiles, pero los expertos indican que hace falta inversión pública, porque en la industria de Defensa los únicos clientes son los estados.
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