Los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la eurozona celebrarán el próximo jueves 21 de julio una cumbre extraordinaria para tratar de acordar el segundo rescate a Grecia y frenar así el contagio de la crisis de deuda a España e Italia, según ha anunciado este viernes el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
"He decidido convocar una reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona para el 21 de julio a las 12:00 horas en Bruselas", ha dicho Van Rompuy en su cuenta de Twitter.
"En nuestra agenda estará la estabilidad financiera de la eurozona en su conjunto y la financiación futura del programa de Grecia. He pedido que los ministros de Finanzas hagan avanzar los trabajos preparatorios", ha explicado.
Van Rompuy había propuesto convocar la cumbre para este viernes 15 de julio, y contaba con el apoyo de países como Francia o España. Pero la resistencia de Alemania y Países Bajos ha obligado a retrasarla hasta la semana que viene.
La canciller alemana, Angela Merkel, se negaba a celebrar una cumbre del Eurogrupo hasta que no hubiera perspectivas de acuerdo sobre el segundo rescate griego. Los ministros de Economía de la UE no lograron acercar posturas en la reunión celebrada el pasado lunes y martes en Bruselas.
El principal escollo para aprobar el segundo rescate de Grecia consiste en definir la participación de los bancos, una exigencia de Alemania, Países Bajos, Finlandia y Austria para que la ayuda sea aceptada por los electorados. Estos países reclaman una contribución sustancial del sector privado aunque las agencias de 'rating' lo interpreten como un impago.
En contraste, el Banco Central Europeo, con el apoyo de países como España, se opone frontalmente a cualquier impago por considerar que agravará el contagio a otros países de la eurozona de forma similar al terremoto que causó la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008.
En todo caso, parece imponerse la postura alemana y los países de la eurozona ya no excluyen la quiebra parcial de la deuda de Grecia como parte del segundo rescate, según el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager.
Entre las opciones sobre la mesa, gana puntos flexibilizar el fondo de rescate de 750.000 millones de euros para que preste dinero a Grecia, que usaría el dinero para comprar sus propios bonos a inversores en el mercado secundario.
Con este plan de recompra, que ya se barajó a principios de año pero fue vetado por Alemania, Grecia adquiriría sus bonos a un precio inferior a su valor nominal, aplicando de hecho una quita y reduciendo así su carga de deuda pendiente.
La solución que maneja la UE incluye además alargar los plazos y reducir los intereses de los préstamos a Grecia. Finalmente, ha perdido puntos el plan de la banca francesa de reinvertir el 70% de los ingresos de los bonos griegos que venzan en los próximos dos años en otros nuevos a 30 años por lo caro que resulta, aunque no se ha descartado totalmente. Y vuelve a estudiarse la propuesta alemana de canje de bonos con plazos de vencimiento más amplios.