La mayoría ya han regresado de vacaciones y, con la vuelta a la rutina, tienen el propósito de ahorrar. Septiembre es un mes en el que se hace balance de los gastos del verano y toca apretarse el cinturón, por eso, las familias recortan en los gastos no esenciales, es decir, aquellos de los que pueden prescindir en su día a día.
La ropa es lo primero que la gente deja de comprar para mejorar sus finanzas. El último informe de Ernst & Young lo corrobora: el 41% de los españoles reduce su gasto en textil. Los equipos electrónicos y las bebidas alcohólicas son los otros productos de los que antes se privan los ciudadanos que quieren ahorrar.
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