Las dos derrotas consecutivas del San Pablo Burgos pesaban, y mucho, en la confianza de los jugadores de Diego Epifanio, y se notó en un inicio de partido en el que el Marín Peixegalego fue mucho mejor. Un 18-5 ponía en pie a los aficionados locales mientras que los castellanos tuvieron que pasar por el ‘psicólogo’ para analizar el partido que tenían que jugar. Contundencia en el interior e inteligencia en defensa para darle la vuelta al partido (30-32).
Los nervios cambiaron de banquillo y los gallegos vieron cómo se perdía la ventaja y su referente Andrés Miso dejaba el encuentro por un golpe en un dedo de la mano. Ya sólo quedaba Javi Múgica (enorme desde los 6.75 con un 7 de 9) y un Tim Derksen que seguía haciendo daño a la defensa burgalesa, pero con el marcador a favor, el San Pablo fue superior, gracias al trabajo de Goran Huskic (solvente incluso en los tiros libres, esa asignatura pendiente del balcánico), y la muñeca de Alex Barrera