Es la enfermedad del olvido, que afecta en primera persona al paciente, pero también al que lo cuida, en muchos casos sus familiares. Se estima que en Castilla y León hay unas 50.000 personas que lo padecen, 800.000 en toda España. La previsión es que en 2050 esta cifra aumente hasta el millón y medio. Es la segunda preocupación de salud en nuestro país, un reto para la investigación y la ciencia porque aún no existe cura.
Al contrario de lo que se cree, hay personas a las que le diagnostican alzhéimer antes de los 65 años. Estos casos, considerados precoces, suponen el 6 por ciento del total. Marisa Sanz padece de este tipo de demencia desde los 58 años, ahora tiene 60 y ya empieza a notar estragos en su memoria. Todavía recuerda cómo era su vida antes de la enfermedad, cuando "estaba trabajando de secretaria de Ayuntamiento"
No es el fin
Tener una buena o mala memoria no se relaciona necesariamente con el alzhéimer, de hecho, Marisa asegura que tenía "una memoria muy buena". Sus hermanos la ayudaron a darse cuenta de la enfermedad que tenía, "son médicos y se lo comenté a ellos, uno me dijo: mira, Marisa, tienes alzhéimer, estás jodida". Aún así, ella asegura que "no es el fin" porque "mientras puedas seguir haciendo cosas te das cuenta de que todavía tienes una vida".
Los familiares de los enfermos sufren en tercera persona las consecuencias de esta enfermedad. Para María Ruipérez está siendo muy duro asimilar que su madre tiene alzhéimer: "ya no es la misma persona". Asegura que es complicado lidiar con la situación en la que se encuentra: "a mí me genera mucha frustración, siento incluso cierto rechazo hacia ella".
En Castilla y León, la Federación de Asociaciones de Familiares de Alzheimer ayuda a los enfermos y sus cuidadores para que ambos tengan la mejor calidad posible de vida a pesar de la enfermedad.
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