Cada año se diagnostican 20.000 nuevos casos de cáncer de mama en nuestro país y en la mitad de ellos, es necesario extirpar el pecho.

Cuando eso ocurre, la mayoría de las mujeres dejan para más adelante la reconstrucción mamaria. Solo el 10 por ciento decide que le implanten la nueva mama en la misma operación en la que les quitan el tumor. Un 20 por ciento más, lo hacen meses o años después, cuando les recomienda el oncólogo.

Existen muchos procedimientos quirúrgicos, más sencillos y de menor duración que hace unos años y con los que normalmente se obtienen buenos resultados.

La ventaja de someterse a la reconstrucción mamaria inmediata es que las mamaws se reconstruyen en la misma operación que la mastetomía. Por lo tanto, sólo tiene un periódo de recuperación.

La reconstrucción diferida permite concentrarse primera en la recuperación del cáncer y recobrar fuerzas.

La intervención se puede realizar con implantes o  se puede utilizar el propio tejido, o incluso grasa o músculo.

Sin embargo, en total 150.000 mujeres no han recuperado su anatomía. Temen pasar de nuevo por quirófano, o no pueden.

Hay oncólogos que desanconsejan la reconstrucción, dicen que lo importante es estar seguros de que el cáncer esté completamente curado.

Con ella o no, la mayoría de las mujeres consiguen pasar página. El 80 por ciento se curan.