En plenas Navidades son muchas las asociaciones animalistas que dicen 'no' al uso de la pirotecnia. El actor Dani Rovira nos mostraba en una red social como temblaba su perro con el ruido de los petardos. En Argentina, Magui moría en los brazos de su dueño por un infarto provocado por el estruendo de la pirotecnia. Son algunos de los efectos que causa este tipo de detonaciones.
Pero el fuerte ruido no solo afecta a los animales domésticos también a todos aquellos que viven en las calles. Así encontramos nuestras ciudades, repletas de esta pirotecnia que necesitan autorización para lanzarla según las ordenanzas municipales.
Unas deflagraciones que no solo afectan a nuestras mascotas también hacen sufrir a las personas mayores o con autismo.