Adquirir un producto o contratar un servicio antes del aumento del IVA no siempre garantiza que podamos evitarlo. La clave está en cómo y cuándo se efectúa el pago y no en la fecha en la que el comprador disfrute de lo adquirido.
Si por ejemplo este mes encargamos un automóvil y pagamos ahora un adelanto, éste tributará al 18 por ciento, independientemente de cuándo recibamos el vehículo. Si la fecha elegida para recibirlo ya pertenece a septiembre, el resto de abonos tributará al 21%, tres puntos más.
En el caso de recibir un presupuesto en agosto y no ejecutarlo hasta septiembre, la subida sólo podrá ser efectiva en aquellos casos donde la cifra propuesta no incluya el IVA. En caso contrario, el tipo a aplicar deberá ser el vigente antes de que sea efectivo su incremento.