El feminismo en los últimos años se ha propuesto recuperar a escritoras que no eran demasiado conocidas por el gran público, entre ellas, Rosa Chacel. Este nuevo interés ha convertido a la autora vallisoletana en el epicentro de varias investigaciones.
La Fundación Jorge Guillén, en Valladolid, custodia el archivo de Rosa Chacel. De los 37 legados que conservan, el de la escritora es el más consultado. Pilar Alonso, gerente de la Fundación, señala que reciben entre 14 y 15 investigadores al año para estudiar las cartas, diarios, fotografías y otros documentos del Premio Nacional de las Letras en 1987.
Ana Caballé es una de esas investigadoras. La profesora de Literatura Española, crítica literaria y responsable de la Unidad de Estudios Biográficos de la Universidad de Barcelona, trabaja ahora con este fondo documental para preparar una biografía sobre Rosa Chacel.
Chacel decía ser indiferente al feminismo del siglo XX. Sin embargo, quienes la han estudiado, como la catedrática de la Universidad de Valladolid, Carmen Morán, señalan que Chacel era profundamente feminista, pero entendía que el "movimiento se demostraba andando" y "el camino era ejercer los derechos". Aunque para Chacel no fue fácil.
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