Más de 350 partidos participan estas elecciones en Castilla y León. Por eso es fundamental diferenciarse. Aunque no lo parezca, también las papeletas juegan un papel clave en este sentido. Es un entorno muy regulado, pero permite ciertas licencias para llamar la atención del votante. El personalismo tiende a imponerse, con caras de los candidatos en las papeletas.

Según actualizó el Ministerio del Interior a comienzos de abril en el Boletín Oficial, serán en tinta negra, con la misma tipografía y no habrá cambios de colores. La diferencia la marca un recuadro de 20 milímetros: no es obligatorio colocar el logo del partido, como hará en Barcelona Xavier Trías.

Javier Velilla, CEO de Comuniza, asegura que, en el caso de Trias, "prefiere ir con su cara que con el logotipo y también busca un poco esa conexión personalista con la nostalgia de un candidato que ya fue alcalde".

Una tendencia cada vez frecuente y que marca cierta tensión entre un sistema presidencialista de campaña, al estilo latinoamericano, y los propios partidos. Eso sí, siempre tiene que pasar el visto bueno de la Junta Electoral para evitar confusiones. Importante también la impresión. Tiene que haber un número suficiente de papeletas para proteger la calidad democrática. Por ejemplo, en Valladolid, con 300.000 habitantes y 17 candidaturas, se imprimirán 3 millones.

"Siempre sobra mucho papel porque tengo que garantizar que cada papeleta se distinga y, por otro lado, que siempre tenga una papeleta disponible para que no haya escasez", comenta el experto. El voto electrónico tarde o temprano llegará. La fiabilidad y la trazabilidad están en el debate.

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