Miles de chiíes se han concentrado este miércoles en la capital de Bahréin para despedir al segundo de los jóvenes fallecidos en el marco de las revueltas populares de los dos últimos días para exigir una apertura democrática.
"Soy optimista porque creo que nuestra gran presencia hará que logremos nuestras demandas", dijo Bakr Akil, un muchacho de 20 años vestido con una sábana blanca manchada con tinta roja para simbolizar la muerte de los jóvenes. Entre los manifestantes hay varias mujeres enlutadas que acompañan el acto con cánticos fúnebres.
Alrededor de una 2.000 personas han acampado esta noche en la rotonda Perla de Bahréin, en las afueras de Manama, para continuar con la protesta. No obstante, está por ver si esta sigue a lo largo del día, ya que muchos de los participantes tendrán que volver a sus puestos de trabajo, una vez finalizada la jornada festiva para conmemorar el nacimiento del Profeta Mahoma.
Hasta el momento, la Policía no ha intervenido, aunque sí ha aumentado su presencia con coches patrulla. Por su parte, el Ministerio del Interior ha anunciado que todas las calles permanecerán abiertas, en un gesto de normalidad.
Desde el lunes miles de personas han marchado por Manama, Daih, Diraz, Nuweidrat, y Beni Jamar para exigir la dimisión del primer ministro, Jalifa bin Salman al Jalifa, que dirige el país desde su independencia, en 1971. Los manifestantes denuncian una discriminación de la población chií, la mayoritaria, por parte de la élite gobernante, de etnia suní, y exigen la liberación de los presos políticos.