Sinopsis

Desde siempre, los relatos caballerescos han ensalzado la leyenda de apuestos y valientes caballeros dispuestos a rescatar a damiselas, matar dragones y vencer al mal. Pero detrás de numerosos héroes se esconde un hermano cobardica cuya única idea es no meterse en líos. En 'Caballeros, princesas y otras bestias' conoceremos a dos príncipes que participan en una atrevida misión para salvar a su país: deben rescatar a la prometida del heredero al trono antes de que destruyan el reino.

Crítica

"Se trata de una película para disfrutar sin buscar tres pies al gato, sabiendo de antemano lo que nos vamos a encontrar: un argumento mil veces usado al que, para dar cierta frescura, el guionista se ensañó con el vocabulario. Me decepcionó, pues no me reí como había esperado."

Una vez más, se confirma el viejo adagio del cine y de la literatura: no habrá un buen espectáculo sin un sólido argumento. Y el de la película que se nos ofrece es pobre. Rescatar a una doncella antes de que la "arregle" el malvado quien, en el último momento, conocerá uno de esos momentos de soledad absoluta, querer pero no poder, no rompe esquemas. Los franceses, siempre sabios en esos menesteres, tienen un refrán muy apropiado: "Si jeunesse savait, si vieillesse pouvait..." ("Si la juventud supiera, si la vejez pudiera...").

Pero no nos desgarremos las vestiduras con una crítica cruenta en exceso. Sabía lo que iba a ver y, a pesar de todo, vi la película hasta el final sin que me cansara. ¿Por qué? Porque quizás el único acierto de la cinta sea la sucesión descabellada de paradojas y tópicos del cine de capa y espada. Y no nos falta de nada: enanitos, brujas y hechiceros, lindas mujeres que se desvisten entre dos combates, y personajes estrambóticos a cual más estrafalario.

Los protagonistas son tan dispares como la vida misma: el Bueno, el Feo y el Malo, versus David Gordon Green. Con algunos añadidos, como el Paje acongojado, la Vengadora que también busca al hombre que la descerraje, un pájaro de metal inoxidable, y alguna que otra lagarta sedienta de muerte y sangre.

La interpretación es decente, sin más. Nadie está gracioso salvo Justin Theroux, el hechicero malvado que quiso y no pudo. Nos apiadamos de su personaje. ¡Tal derroche de maldad y de energía, tanta ilusión por tener un hijo dragoncito y acabar atravesado por un cuerno como en los San Fermines!

En cuanto a la vulgaridad, no falta. Sin caer en el exceso taquillero de 'Torrente', se utilizan los mismos recursos aunque se les destile sin agobiarnos tanto. El vocabulario, que se pretende moderno, es a menudo salaz. Las alusiones son burdas y desgastadas, incluso la referente al Minotauro que acabará acuchillado y castrado. ¿La imaginación? La busqué sin encontrarla.

Los decorados naturales irlandeses son soberbios. Los efectos especiales son burdos y desgastados. El vestuario es adecuado, quizás lo más notable de la cinta con el resto del atrezzo. La fotografía se salva por su academismo, aunque no figura ningún plano relevante de los que se recordarán más tarde.

Bueno, lo dicho: la película saldrá en la tele. No me gastaría ni dos euros en verla en la gran pantalla...