Un día después de que el Papa Benedicto XVI regresara a El Vaticano tras su visita de dos días a España aún colean unas palabras suyas poco antes de aterrizar en Santiago de Compostela.
El sábado, en el avión que le trasladaba a la ciudad gallega el pontífice aseguró que "en España hay una laicidad, un anticlericalismo, y una secularización fuerte y agresiva como en los años 30", en alusión a la Segunda República en clara referencia a las políticas del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
"La Constitución establece que es axconfesionalidad"
Este lunes, desde la sede socialista de la calle Ferraz de Madrid se nuevo secretario de Organización ha esquivado la polémica. En relación a las delcaraciones del Santo padre, Marcelino Iglesias se ha escudado en la Carta Magna española. "Es la Constitución la que dice que España es un Estado aconfesional y así nos movemos, con respeto a lo que dice el Papa", ha afirmado. Además ha destacado que en el PSOE están satisfechos por que la visita de Benedicto XVI "ha salido muy bien" independientemnete de que haya temas en los que coinciden y otros en los que "hay matices".
El PP evita pronunciarse
Desde el Partido Popular se ha rechazado hacer ninguna valoración acerca de la polémica. Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, ha señalado que cualquier análisis político "está fuera de lugar", ya que cree que es un asunto que pertenece al ámbito de la Iglesia y que por tanto es en la esfera religiosa donde ha de tratarse.
"Una mala excusa"
Aparte de que haya polémicas o no sobre las declaraciones del Papa, en ciertos sectores de la sociedad ha molestado la actitud de Rodríguez Zapatero, que sólo se reunió con él en el aeropuerto poco antes de que Benedicto XVI abandonara Barcelona. El diputado de CiU Josep Antoni Durán y Lleida cree que el comportamiento del líder del Ejecutivo "ha sido un error" y que su afán por alejarse del ámbito religioso "no tiene sentido". Además, el convergente piensa que el viaje de Rodríguez Zapatero con Carme Chacón y Trinidad Jiménez de este sábado a Afganistán "fue una mala excusa" para eludir al Pontífice.