Se llama GeoSilex y a primera vista parece un aditivo más para elementos de construcción. Sus propiedades, sin embargo, marcan pronto la diferencia. Gracias a su aplicación, las baldosas y el pavimento urbano son capaces de captar parte del Co2 del ambiente.
Su desarrollo no ha sido sencillo. Para hacerlo realidad han sido necesarios cerca de dos años de trabajo y seis millones de inversión por parte de la empresa zamorana Trenza Metal Área y la Universidad de Granada. Investigación y Desarrollo aplicados a la arquitectura sostenible que ya está dando resultados.
Capitales como Bilbao, Barcelona o la futura Ciudad del Medio Ambiente de Soria contarán pronto con elementos urbanos dotados de GeoSilex. Una apuesta no especialmente cara, ya que los costes sólo se elevan un 10%. Un incremento asumible por las grandes ventajas medioambientales que conlleva.