El jueves noche ya llegaban los primeros Pingüinos a esta concetración motera que se ha convertido en un referente a nivel de toda Europa.
Había que poner a punto las carpas y tiendas de campaña porque el frío apretaba y algunos tenían claro cuales eran sus imprescindibles para hacerle frente. Consideran que para disfrutar del verdadero espiritu pinguinero hay que acampar.
Aunque no todos se animan a experimentar las gélidas temperaturas de la noche y se decantan por alojarse en hoteles porque al fin y al cabo lo que les une es la pasión por las dos ruedas.